Si juntamos en un mismo espacio música, recuerdos y emoción, el resultado solo puede ser algo maravilloso.
Eso es lo que vivimos la semana pasada en nuestras Fiestas de Navidad de los programas dirigidos a Mayores con Alzheimer.
Se trataba de un día especial. Una celebración de la vida, de la emoción, de la música y del amor.
Por unas horas, los familiares acompañan a sus seres queridos enfermos de Alzheimer, y comparten con ellos una sesión de musicoterapia como las que semanalmente reciben en sus centros de referencia. Y entonces, surge la magia.
Javier Alcántara, musicoterapeuta de Diversión Solidaria, es el encargado de dirigir estas sesiones semanales. Así nos explicaba cómo trabaja con los beneficiarios de los diferentes centros a los que llega Diversión Solidaria: “Las sesiones son todo un espectáculo, la verdad… buscamos siempre la innovación para darles el mayor número de nuevas experiencias posibles. Todo ello sin descuidar nuestra labor terapéutica y de bienestar emocional.
En cada grupo puedo comenzar de manera diferente, depende de cómo sienta al grupo, tengo un gran número de dinámicas que uso de manera narrativa y con objetivos concretos. Las sesiones siempre van de menos a más. Después de preguntarles como están, saludarlos, abrazarlos, y escucharlos… suelo hacer dinámicas de conexión individual con la percusión, usando yembé, para luego pasar a dinámicas grupales usando los tubos sonoros, donde ellos dirigen también a grupo haciendo de directores.
Tocan muchos instrumentos, como la guitarra, el tambor de lengüetas, el piano, el piano de suelo (se toca con los pies), aprenden a ser DJS con la mesa de mezclas, crean sus canciones, cantan, bailan…todo ello en cada grupo lo uso y aplico dependiendo de las necesidades y de cómo estén ese día.
Pero lo más importante es la narrativa de la sesión que, al igual que una dinámica, tiene su sentido terapéutico. Así conseguimos que cada sesión tenga sentido de principio a fin, que estén conectados y disfruten de cada segundo.
Ellos lo disfrutan, trabajan y les encanta. Cada sesión debe ser como una historia, principio, nudo, desarrollo y final… al fin y al cabo estamos hechos de historias y esas historias las traducimos en música. La memoria musical es la última que perdemos, por eso nunca se olvidan de nosotros ni de nuestras sesiones.”
Pero las sesiones que realizamos en Navidad, son especiales.
No solo por el ambiente, la localización, la decoración y el espíritu navideño que se respira… son muy emocionantes porque, además, los acompañan sus familiares. Y allí pueden ver como sus seres queridos responden a los estímulos musicales, cómo participan, se ríen, interactúan y disfrutan. Y los acompañan. Y se emocionan. Y vuelven a bailar y sonreír.
Los pacientes con Alzheimer olvidan acontecimientos de su vida, pero son capaces de recordar su banda sonora y cantan al escuchar una canción conocida, presentan apatía, pero se emocionan al escuchar los primeros acordes de una canción, sufren decaimiento y depresión, pero sonríen ante el reto de tocar un instrumento.
Es la magia de la música y la magia de la Navidad, que llega de la mano de la Sinfónica de los Recuerdos.
No queremos dejar de agradecer a todas las personas profesionales y familiares de las Asociaciones de familiares y enfermos de Alzheimer de Getafe-Leganés, Móstoles, Parla, Alcorcón y Torrafal, por la ilusión con la que nos acogen cada semana en sus centros y por la dedicación y el cariño con los que tratan a sus mayores.
Gracias de corazón por compartir con nosotros la máxima de que entregar diversión, es algo muy serio.