José tiene 83 años. Es de Madrid y le encanta la pintura y el ciclismo. Hace 4 años, le diagnosticaron principio de Alzheimer y, desde entonces, acude a la Asociación de Enfermos de Alzheimer Torrafal, para ejercitar su memoria.
Un día, María, su terapeuta, le contó que Fundación Diversión Solidaria, que trabaja en Torrafal ofreciendo a sus pacientes sesiones de musicoterapia, podía ayudarle a cumplir su sueño, así que le pidió que le contara cuál era su ilusión: “Mi sueño es visitar el Monasterio de El Escorial junto a mi nieta”, contestó José.
María, nos trasladó su petición y, sin dudarlo, nos pusimos en marcha para poder cumplir este deseo tan especial.
Hoy, José y su nieta Noelia, de 23 años, han realizado su tan esperada visita al Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
Guiados y acompañados en todo momento por la maravillosa Ángela Mallavia, guía oficial de turismo de la Comunidad de Madrid, han podido visitar el Panteón de los Reyes e Infantes, la Basílica, el Palacio de los Austrias y la famosa Biblioteca en la que se custodian cientos de volúmenes históricos.
Una ruta real llena de momentos, anécdotas, historias y curiosidades que, abuelo y nieta, han compartido y guardado en sus corazones para siempre.
Después de una visita inolvidable, han disfrutado de una estupenda comida en el restaurante Las Viandas, con una vista espectacular del Monasterio.
José, radiante de felicidad, ha podido cumplir su sueño. Y en secreto nos aseguró que: “Lo que realmente me ha hecho ilusión ha sido poder hacer feliz a mi nieta”.
Unas 800.000 personas padecen la enfermedad de Alzheimer en España, según las últimas estimaciones de la Sociedad Española de Neurología (SEN), por lo que cobra especial relevancia el programa dirigido a Mayores con Alzheimer que, desde Diversión Solidaria, llevamos a cabo desde hace más de 8 años.
Un programa orientado a mejorar su calidad de vida, con el propósito de dotarles de espacios y actividades donde aprender, relacionarse y fomentar en ellos emociones positivas. Nuestro objetivo es conseguir mejorar su funcionamiento cognitivo y activar habilidades previamente aprendidas, con el fin último de que nuestros mayores rían y disfruten al máximo.
Porque los pacientes con Alzheimer pierden habilidades cognitivas, pero no emocionales.
La enfermedad podrá borrar sus recuerdos, pero las emociones, permanecen y continúan latentes en algún lugar de su mente.