“¡Me gustaría montar en globo! Es algo que me hace muchísima ilusión pero que no he hecho nunca, no porque tenga miedo, sino porque no he tenido la oportunidad…”.
Así comenzaba la carta en la que Mª Ángeles nos contaba cuál era su sueño. Ese deseo que, por diferentes razones, nunca pudo hacer realidad… hasta ahora.
El pasado martes, ¡lo consiguió!
El Alzheimer se cruzó en su vida hace aproximadamente 10 años. La enfermedad, le sorprendió siendo muy joven, con apenas 50 años, por lo que se vio obligada a dejar de trabajar, perdió amistades y tuvo que dejar a un lado todo lo que tenía que ver con el ocio. Ahora es su hija, Jessica, la que le ayuda y cuida de ella.
Junto a ella, una amiga e Isabel, su terapeuta en el centro de día al que acude (AFAMSO), vivieron una experiencia inolvidable que quedará grabada en sus corazones para siempre.
Gracias a la inestimable colaboración de nuestros cómplices de Viajar en globo, cumplimos el sueño de Mª Ángeles de volar en globo.
En Segovia, las lluvias y el viento nos concedieron una tregua y bajo un precioso sol de noviembre pudieron sobrevolar la ciudad, cruzando por encima del Alcázar y disfrutando de unas vistas excepcionales del casco histórico de esta Ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Una vez aterrizados, Cristian Biosca, nuestro maravilloso piloto, nos contó una breve historia sobre los orígenes del vuelo en globo aerostático y acto seguido, pasamos a la tradicional celebración con champagne tras el descenso que estuvo marcada, como no podía ser de otra manera, por la noche de Halloween.
Gracias, de corazón, a todo el equipo de AFAMSO, Viajar en Globo y Siempre en las Nubes, que, además, nos regalaron este precioso vídeo resumen del vuelo. Y, por supuesto, gracias al equipo de tierra, Pedro Herranz y Heidi de Dulces vuelos, que puso el broche dulce a esta experiencia.
Entre todos, hemos conseguido hacer realidad este precioso sueño de Mª Ángeles que, cuando menos lo esperaba, logró tocar el cielo con la punta de los dedos.
Porque los pacientes con Alzheimer pierden habilidades cognitivas, pero no emocionales. La enfermedad podrá borrar sus recuerdos, pero las emociones, permanecen y continúan latentes en algún lugar de su mente.